La Literatura como enlace curricular con la asignatura
de Estudios Sociales
Yariel Agostos
Salazar; Universidad Nacional, Costa Rica
Propuesta de
trabajos interdisciplinarios: Literatura – Estudios Sociales (trabajo realizado para FALE 2015, en Honduras).
Inicialmente, es
necesario esclarecer los detalles propios de la organización para presentar
esta propuesta. Con el interés de producir una reflexión e introspección, para
luego generar ideas novedosas en este tema; se presentará de la siguiente
forma:
1. Objetivo
principal.
2. Definiciones
básicas.
3. Cuadro
comparativo sobre Novela Histórica Tradicional Y Nueva Novela Histórica.
4. Aspecto
histórico: El arpa y la sombra, de Alejo Carpentier.
5. Aspecto
geográfico e identitario: Los pasos perdidos, de Alejo Carpentier.
6.
Recomendaciones finales.
Como objetivo
central se ubica la posibilidad de impulsar
opciones de trabajos interdisciplinarios entre las asignaturas de Español (con
énfasis en la Literatura) y Estudios Sociales; fortaleciendo de esta manera, la
relación entre las áreas comunes de ambas.
La propuesta de
emplear más esta estrategia, se ampara en la importancia de crear estudiantes
pensantes, para de esta forma; erradicar paulatinamente la constante de
memorizar a corto plazo los contenidos del currículo. Es decir, se busca la
posibilidad de introducir el formato de interdisciplinariedad en la medida de lo
posible, para que el criterio y las posiciones ideológicas del estudiante
sienten sus bases no solamente en lo teórico-histórico, sino que realicen su
propia interpretación, luego de leer textos literarios que aportan un debate a
lo que ha sido visto como verdadero, “serio” o “formal”.
Como se mencionó
anteriormente, la segunda tarea necesaria para esta propuesta de trabajo, es
contar con definiciones de las cuales partir. Según el sitio virtual Definición
ABC: “La literatura es la disciplina que se aboca al uso estético de la
palabra”.
Para nuestros
intereses, las últimas seis palabras de esta definición resultan ser las más
importantes, ya que este diccionario digital presenta al texto literario como
un ente que expone la palabra escrita de forma estética. Por tanto, no deja en entredicho su nivel de
veracidad o fantasía, sino que sencillamente lo provee del sentido artístico
que genera cada recurso que lo conforma.
El sitio
Definición ABC presenta un concepto oportuno de la importancia de los Estudios
Sociales, ya que menciona que son todos aquellos estudios, investigaciones y
análisis que se realizan sobre la sociedad; ya sea en conjunto o en forma
individual, a los miembros que la componen.
Los estudios
sociales han sido siempre de gran utilidad e importancia para el hombre; porque
son los que le permiten conocer aquellos fenómenos relacionados con sus
estructuras sociales, su comportamiento, su historia, sus intereses, etc.
De esta, el último párrafo es el que abre el
portillo para el ideal de debate y crítica de parte del estudiante, como antes
se mencionó. Debido a la percepción de formalismo con que cuentan los Estudios
Sociales, han sido vistos a través del tiempo como el medio de conocimiento de la
historia, geografía, entre otros.
Sin embargo, existen textos literarios que
han venido a proveer una visión distinta de lo que fueron los procesos
históricos, además de la visión de la geografía y de forma implícita, la
identidad del ser latinoamericano. Surge entonces la inquietud, ante la
posibilidad de estar privando al estudiante de conocer distintos puntos de vista,
sobre un mismo acontecimiento.
Por otra parte, el diccionario virtual ya
antes mencionado, dice que el currículo se
define como el “Conjunto de estudios y prácticas destinadas a que
el alumno desarrolle plenamente sus posibilidades”. Es decir, el currículo se
presenta como una composición ideada para que el estudiante logre un
aprendizaje funcional, útil y sobre todo, completo.
Otra área importante para esta propuesta, es
la basada en la identificación de lo que es la Novela Histórica Tradicional y la Nueva Novela Histórica. Este punto es el eje fundamental para
nuestro interés, ya que al conocer un relato expuesto desde la perspectiva
técnica, surge la duda sobre los detalles minuciosos o discursos modificados a
través del tiempo por intereses sociales o políticos; ya que con el afán de
generar empatía con un personaje o un evento específico, se podrían obviar
ciertas particularidades.
Para hablar sobre la Novela Histórica Tradicional, primero se debe mencionar que se
desarrolló entre 1826-1949. Esta se divide en tres grandes grupos, inicialmente
está la Novela histórica realista:
esta se ve caracterizada por la creación de una novela ligada a sucesos
del pasado, además del respaldo a la
causa de gobiernos liberales contra
conservadores.
La segunda etapa de este movimiento es la Novela
histórica modernista: para su llegada, el objetivo es generar un plan
escapista por medio de la recreación de un pasado mejor. Por otra parte, se
intentaba buscar alternativas al realismo costumbrista, al naturalismo
positivista y al material burgués.
La tercera de las etapas es la Novela
histórica del criollismo, esta es la que a través del tiempo se ha
presentado como recurrente. Entre sus características se halla la búsqueda de
la identidad nacional, además de la constante lucha civilización/barbarie. Y en
sus páginas se ha registrado la explotación socioeconómica y sus consecuencias.
Por otra parte, dentro de la literatura
hispanoamericana, contamos con una multiplicidad de textos que destacan las
características de la Nueva Novela
Histórica. Entre ellas, el mayor número se publicó desde 1979 hacia 1992.
Este estilo de textos cuenta con presencia de
personajes históricos. El movimiento se caracteriza por la desaparición de
diferencias sociales, además de que existe la imposibilidad de conocer toda la
historia, se produce una distorsión consciente del acontecimiento en
cuestión mediante omisiones y exageraciones, y se genera la ficcionalización de
personajes históricos. Por otra parte, se utiliza en gran medida el recurso de
la intertextualidad y las exageraciones en habilidades físicas.
La cuarta etapa de esta propuesta de trabajo
es la relacionada al aspecto histórico, para desarrollarla es importante
mencionar que en la intencionalidad y la convicción que anima al historiador de
encontrar la verdad, consulta e interpretación de los documentos; hay siempre
una línea de separación entre la historia y la ficción.
A diferencia de la novela, las construcciones
del historiador pretenden ser reconstrucciones del pasado.
A través del documento, el historiador se
somete a lo que en determinado momento sucedió, mientras que el novelista puede
moverse por el tiempo a su antojo.
Por tanto, es en este punto que se basa la
inquietud de plantear el recurso de la interdisciplinariedad, ya que se abre el
portillo para generar un llamado a la interpretación por parte del estudiante.
En este proceso se crearía conciencia, además de criticidad ante las distintas
versiones de un evento, que se podrían presentar.
Esto se respalda en lo que se mencionó
anteriormente, ya que la literatura no busca contar historias únicamente reales
o únicamente ficticias, sino que su objetivo se asienta en lo estético.
Paul Ricoeur llega a la conclusión que la
respuesta de la historia es la reinscripción del tiempo real, por medio de
conectores específicos como el calendario, la sucesión de generaciones o
documentos.
Mientras que la respuesta de la ficción es
inventar variaciones imaginarias relacionadas con la fisura que separa las dos
perspectivas del tiempo. Eso es lo que hace tan valiosa la soltura
interpretativa de la literatura frente a las reglas que siempre se imponen todo
historiador profesional.
Con el objetivo de evidenciar la efectividad
de esta propuesta de trabajo, se realizó una ejemplificación de cómo se podrían
establecer las relaciones y oposiciones que se generarían. Este proceso se puso
en marcha, con El arpa y la sombra y Los pasos perdidos, ambos del reconocido
escritor cubano Alejo Carpentier.
La primera
se divide en tres capítulos: el arpa, la mano y la sombra. El primer capítulo
nos presenta al Papa Pío IX y los recuerdos que lo asaltan de su vida en
América, así como las dudas que presenta sobre la petición de canonización de
Cristóbal Colón.
En la
segunda parte, la voz narrativa corresponde al personaje de Cristóbal Colón,
quien se encuentra moribundo y procede a narrar los hechos reales que lo
motivaron a la conquista de América. Al igual que Pío IX se muestra frívolo e
interesado sólo en las riquezas más que en evangelizar a los indígenas.
Finalmente
en La sombra, las voces narrativas se mezclan para dar paso al juicio final de
la canonización de Colón, fallo que le juega en contra y finalmente no es canonizado.
La historia “real” afirma que Colón no calificó para ese reconocimiento de la
Iglesia Católica, porque era judío; mientras que Carpentier produce una
historia paralela cargada de señalamientos para que esto no se diera.
Se debe mencionar que Carpentier en este
texto no se propone revisar ni reescribir un discurso, sino crear una ficción
basada en hechos históricos. Una ficción, que demuestre todo el tiempo su
carácter ficticio.
El texto está reivindicando la posibilidad de
que, si existe una invención histórica legitimada en lo verídico, también exista
otra invención, literaria, que como tal no necesite ser sometida a criterios de
verdad y que por eso mismo pueda tomarse la libertad de descubrirla.
Por un lado toma hechos puntuales de la
historia ya probados y que forman parte de un saber popular, se puede decir que
no pretende disimular sus referentes, pero por otro lado relata hechos que
nunca fueron probados (como los amoríos entre el marino e Isabel), entre otros
temas sugeridos por algunos historiadores.
Por otra parte, en Los pasos perdidos se halla una interesante descripción de los
paisajes latinoamericanos, a través de la cual se lograría abrir un portillo
para la interpretación e imaginación de quien lee. Esto se podría acompañar de
un estudio específico de los distintos tipos de zonas geográficas que se
analizan como parte de los Estudios Sociales.
Lo primero que se debe mencionar es que
Rosario aparece como un medio de conocimiento a lo largo de la obra, ya que
ella sería quien guía al personaje central en su trayecto por la selva. Hay una
cita que reafirma esta interpretación: “… convivir más
estrechamente con esas mujeres sólidas y resueltas, haciéndoles contar sus
historias. Pero, sobre todo, hubiera querido acercarme más libremente a
Rosario, cuya entidad profunda escapa a mis medios de indagación aguzados…” (Carpentier,
1953, pág. 119).
La entrada a las Tierras
del Caballo representa otro eje de la historia, ya que llega a estas nuevas zonas,
donde se une más con la tierra y la naturaleza: “… En las Tierras
del Caballo parecía que el hombre fuera más hombre. Volvía a ser dueño de
técnicas milenarias que ponían sus manos en trato directo con el hierro y el
pellejo…” (Carpentier, 1953, 177).
Y por último, lo
propiamente identitario como exaltación, se ve en este texto de Carpentier. Los
Estudios Sociales son un medio de conocimiento de la historia, raíces, costumbres;
y de forma paralela con textos como este, se podría crear un sentido de
pertenencia que en las últimas décadas no ha sido tan firme como se esperaría. Hay
un párrafo sumamente directo con respecto a esto: “… En Santa Mónica de
los Venados, mientras estoy con los ojos abiertos, mis horas me pertenecen. Soy
dueño de mis pasos y los afinco donde quiero“(Carpentier, 1953, pág. 255).
Hay otros textos que respaldan la propuesta
de interdisciplinariedad, en el sentido histórico se pueden mencionar: El
general en su laberinto, de Gabriel
García Márquez y Si me permiten hablar de Domitila Barrios de Chungara. Y en el sentido geográfico, Pedro
Páramo de Juan Rulfo y Doña Bárbara de Rómulo Gallegos, entre otros.
Recomendaciones finales, aporte de los
docentes: realizar presentaciones temáticas, que involucren ambas asignaturas,
para que los estudiantes logren establecer similitudes y diferencias; ofrecer
explicaciones mediante cuadros comparativos, de manera que el estudiante
posteriormente logre identificarlas fácilmente en la práctica; proveer ejemplos
literarios que respalden o confronten los textos históricos; y una muy
importante sería la de ofrecer puntuación común entre ambas asignaturas, para
temas específicos.
Hay otra serie de recomendaciones, pero esta
vez para el estudiante: realizar lecturas investigativas, con la intención de
hacer crítica de ambos textos (histórico o literario); producir exposiciones
que involucren ambas áreas, como método de trabajo complementario a las discusiones
suscitadas en clase; considerar este método de enlaces a lo largo del proceso
de formación, ya que se genera criticidad, interpretaciones funcionales y
aprendizaje equilibrado.
A manera de conclusión, es prudente destacar
los valiosos espacios para la interpretación que se crean con propuestas de
trabajo como estas, en las que se invita al estudiante a trabajar de forma
funcional y complementaria; dejando de lado los estudios aislados y meramente
memorísticos para una prueba específica.